Itinerarios guiados
Existen
tres modelos básicos de itinerarios guiados:
• Itinerario general (natural o cultural): El monitor desarrolla una
ruta entre dos puntos —principio y final— sin estructurar paradas o actividades
determinadas; éstas irán surgiendo de acuerdo a las motivaciones
del grupo y lo que el camino pueda
ofrecer.
• Itinerario temático: El guía o monitor ha fijado con
antelación el tema, las paradas y las actividades a desarrollar en cada una de
ellas desde el comienzo al final del recorrido.
• Itinerario específico: Se orienta a satisfacer intereses
especiales del público: ornitología, geología, etnología, etc. El guía ha de
ser un buen conocedor de la materia, al menos en sus aspectos básicos, y deberá
contar con material especializado (guías, instrumentos ópticos, cartografía,
etc.).
Planteamiento de un itinerario guiado
Existen
cuatro fases o partes que es necesario tener en consideración a la hora de
diseñar o aplicar los itinerarios guiados. A continuación se describen algunos
de los aspectos más relevantes de estas fases:
- Preparación
•
Realizar el recorrido para comprobar el estado del terreno y la aparición de
nuevos hechos o eventos durante el trayecto.
•
Establecer medidas de seguridad (botiquín, etc.).
•
Usar ropa y calzado adecuados al lugar y las circunstancias atmosféricas.
2. Antes de la partida
•
Acudir al lugar de partida o punto de encuentro con el público (si es
diferente), independientemente de las condiciones atmosféricas.
•
Llegar con suficiente adelanto (15-20 minutos).
•
Recibir, saludar, presentarse y charlar informalmente con el público que vaya
llegando.
•
Comenzar a la hora establecida.
Presentar
la actividad
•
Presentarse a sí mismo y a la institución a la que se representa.
•
Explicar al grupo a dónde se irá, qué se hará y cuál será la hora de regreso.
También debe informarse sobre los requerimientos físicos básicos para realizar
la ruta y dónde termina el itinerario.
• Hacer consideraciones sobre la ropa,
el calzado y las cuestiones relativas a la seguridad (sitios o animales
peligrosos, alergia a picaduras o al sol, etc.).
•
Mencionar las normas establecidas para la actividad o la visita.
•
Comentar informalmente los objetivos y qué se espera de la visita.
Hasta este momento, el público
cuenta con la posibilidad de decidir si desea o no realizar el itinerario.
3. La conducción
•
El monitor debe mantenerse siempre en la cabeza del grupo, ya que nuestro
público desconoce el camino y podría despistarse o correr riesgos innecesarios.
•
También es necesario establecer un paso y un ritmo, y seleccionar las paradas y
el tiempo empleado en cada una de ellas en función de las características del
grupo y de la duración prevista de la actividad.
•
Se debe respetar el recorrido prefijado, aunque debe ser flexible y atender a
los elementos circunstanciales que pudiesen surgir.
•
Para grupos pequeños, se considera interesante realizar paradas cortas y
frecuentes, mientras que para los grupos grandes la situación es la contraria.
•
Es fundamental evitar en todo momento riesgos para el usuario y para el
monitor.
•
Se debe controlar el tiempo establecido y no acabar nunca después de la hora
prevista.
La comunicación
•
Plantear el tema y las ideas principales con claridad, asegurándose de que
todos las entienden.
•
Hablar a todo el grupo y asegurarse que todos pueden ver y oír. Para ello lo
ideal es situarse en algún punto por encima de la línea de visión del público.
•
Evitar los tecnicismos y conceptos demasiado complejos.
•
Procurar no hablar de lo que no se puede ver.
•
Hacer que la gente participe y use sus sentidos.
•
Charlar informalmente entre las paradas.
•
No comenzar a hablar hasta que todo el público esté presente.
•
Repetir los comentarios importantes que la gente haga.
•
Atender a todos, no sólo a aquellos que parezcan más interesados.
•
No temer al "no lo sé".
La
duración de cada una de estas paradas debería oscilar entre 5 y 7 minutos. En
ellas, es importante utilizar ayudas visuales o sonoras y materiales
(prismáticos, cinta métrica, mapas, plumas, cortes de troncos, etc.) que
faciliten la comprensión y la participación del público.
Deben
incorporarse actividades cortas y estimular el uso de los sentidos. Puede recurrirse además a
ejemplos y realizar preguntas a varios
niveles a fin de involucrar intelectualmente a los usuarios:
4. Conclusión del
itinerario
La
actividad tiene que terminar con una conclusión definida que enfatice el
mensaje.
Esto
debe ocurrir coincidiendo con la última parada. Además, debería:
•
Reforzar el tema y resumir el itinerario.
•
Hacer preguntas al grupo con fines evaluativos.
•
Dar la posibilidad de hacer preguntas y responder a las que el público haga.
•
Charlar informalmente antes de la despedida.
•
Dar las gracias en nombre propio y en el de la institución.
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